Últimamente se habla mucho del patrimonio industrial y de su importancia. Es un recurso destacado en el mercado turístico y, de hecho, es un patrimonio que nos ha sido legado para comprender un determinado período de la vida de la sociedad.
El artículo de hoy explora la importancia del patrimonio industrial, los retos que plantea su salvaguardia y presenta algunos ejemplos notables en Portugal y en el mundo.
Por Vanessa Miranda, autora de la Guía para la Preservación del Patrimonio Cultural
¿ Qué es patrimonio industrial ?
En pocas palabras, el patrimonio industrial se refiere a los vestigios de la cultura industrial que surgieron tras la Revolución Industrial de mediados del siglo XVIII.
La preocupación por proteger este tipo de patrimonio surgió en Inglaterra al término de la Segunda Guerra Mundial.
Lo que ocurrió fue que a finales del siglo XX, después de que la economía de servicios sustituyera a la producción fabril, la desindustrialización de esta industria, hasta entonces olvidada, empezó a suscitar interés entre los expertos. Los complejos fabriles, la maquinaria e incluso los registros fotográficos dejaron en la memoria de la gente la necesidad de valorizar un patrimonio que había marcado tanto una época.
De hecho, el patrimonio industrial nos ayuda a comprender una época de finales del siglo XIX y principios del XX fuertemente marcada por un proceso de industrialización y, en consecuencia, por los vestigios materiales que reflejan este fenómeno.
¿Qué vestigios componen el patrimonio industrial?
Como su nombre indica, el patrimonio industrial está formado por todos los vestigios que formaban (y forman) parte de la industria manufacturera. Así, hablamos de
- Edificios
- Maquinaria
- Talleres
- Fábricas
- Minas, instalaciones de transformación y refinado
- Almacenes y depósitos
- Centros de producción, transmisión y utilización de energía
- Medios de transporte y todas sus estructuras e infraestructuras adyacentes
- Lugares donde se han desarrollado actividades sociales relacionadas con la industria, a saber, viviendas, lugares de culto o educación
La importancia del patrimonio industrial
Como ya se ha mencionado, la desindustrialización tuvo consecuencias: provocó el abandono de complejos fabriles y de algunos ejemplos notables de arquitectura industrial.
Este abandono y destrucción desencadenó los primeros estudios y prospecciones de este patrimonio para garantizar su salvaguarda y protección.
En algunos países del sur de Europa, el patrimonio industrial fue uno de los últimos en ser catalogado como patrimonio por dos razones. Por un lado, porque la industrialización fue tardía en comparación con el resto de Europa. Por otro lado, la desvalorización de las zonas industriales por parte de la población y la degradación de las zonas llevó a considerarlas lugares abandonados, generando conflictos políticos, sociales y económicos.
Testimonio de la transformación tecnológica y social
En este sentido, la valorización del patrimonio industrial es muy importante, ya que ofrece una perspectiva única sobre la evolución tecnológica y la transformación de las sociedades. Las fábricas y todos los componentes asociados a la industrialización representan un hito importante en la historia del desarrollo económico, mostrando cómo éste ha modelado el paisaje urbano y rural.
Vehículo educativo
Además, la protección de este patrimonio sirve de vehículo para la educación, ya que es posible aprender y enseñar a las generaciones futuras los métodos de producción y las condiciones de trabajo de épocas pasadas.
Este conocimiento es crucial para comprender los fundamentos del mundo contemporáneo y los cambios sociales que se han producido.
Testimonio de la creatividad humana
Otro punto que debe tenerse en cuenta en la importancia del patrimonio industrial es la capacidad de creatividad humana empleada.
El patrimonio industrial es un verdadero testimonio de la creatividad de las personas, reflejada no sólo en los avances tecnológicos, sino también en las adaptaciones a las condiciones.
Es, por tanto, un reflejo de las identidades y las historias locales.
Desafíos de la salvaguardia del patrimonio cultural
El patrimonio cultural industrial debe considerarse patrimonio, ya que representa un determinado momento de la historia y forma parte de la memoria colectiva.
Los desafíos que plantea su salvaguardia no se han resuelto del todo, ya que ningún país (o incluso pocos) han adoptado políticas generales de protección.
Urge, pues, rehabilitar estructuras y equipamientos para construir un futuro para el patrimonio industrial.
Françoise Choay llega a admitir en su libro «Alegoría del patrimonio» que la modernización es un gran potencial para la conservación del patrimonio. No se trata de darle un nuevo aspecto, sino de utilizar los viejos vestigios para aportar nuevas ideas. Una simbiosis perfecta.
Situar los vestigios del patrimonio industrial en el mundo más moderno significa garantizar su recuperación y valorizar un patrimonio que se ha dejado atrás. Esta intervención es importante porque crea puestos de trabajo, mejora las condiciones de los residentes y crea un atractivo para el turismo.
Por lo tanto, es evidente la necesidad de encuestas, inventarios, estudios y publicidad para mantener el patrimonio industrial en la memoria colectiva de las personas.
El patrimonio industrial en Portugal
El patrimonio industrial en Portugal nació tarde. Fue reconocido en 1980. Y no fue hasta 2001 cuando los bienes culturales industriales quedaron cubiertos por la Ley Marco del Patrimonio Cultural.
Veamos lo que dice el artículo 72 «Las leyes de desarrollo podrán establecer formas de protección, y los regímenes correspondientes, especialmente aplicables a los bienes culturales o a determinados tipos de elementos que integran el patrimonio arqueológico, archivístico, audiovisual, bibliográfico, fonográfico o fotográfico o a nuevos tipos de bienes culturales, a saber, los que integran el patrimonio electrónico o el patrimonio industrial.»
Y el artículo 2 «El interés cultural relevante, a saber, histórico, paleontológico, arqueológico, arquitectónico, lingüístico, documental, artístico, etnográfico, científico, social, industrial o técnico, de los bienes que integran el patrimonio cultural reflejará valores de memoria, antigüedad, autenticidad, originalidad, rareza, singularidad o ejemplaridad.»
Patrimonio industrial en Portugal – Real Fábrica de Paños
Antiguamente, en Covilhã se trabajaba la lana. Pero fue con la aparición de la Real Fábrica de Paños, uno de los ejemplos más antiguos de la industria en el país, que el desarrollo económico de la región despegó.
La Real Fábrica de Paños fue fundada en 1764 por el rey José I. Su creación se debió a la política de crecimiento industrial promovida por el Marqués de Pombal.
La Real Fábrica se creó para ayudar a los fabricantes locales, especialmente en lo que se refiere a la organización y realización de las operaciones de tinte y acabado. También servía para certificar la calidad de la producción y funcionaba como escuela para niños huérfanos y abandonados.
El edificio
El edificio constaba de cuatro alas rectangulares y sus fachadas estaban rematadas con cornisas de granito y respetaban el estilo pombalino característico de la época.
La Real Fábrica de Paños funcionó hasta 1822. Posteriormente, sirvió como instalación militar hasta que, años más tarde, cerró definitivamente.
Ahora, las antiguas fábricas reales han dado paso al Museo de la Lana de la Universidad de Beira Interior. Es un lugar que aún conserva las máquinas, técnicas y experiencias de las personas que fabricaban los productos de lana de Covilhã, considerada una de las historias de éxito más interesantes de la industria portuguesa.
Patrimonio industrial en el mundo
A escala internacional, el patrimonio industrial está ampliamente reconocido y conservado. En Inglaterra, el mayor ejemplo de patrimonio industrial es Ironbridge.
En Inglaterra, el pueblo de Ironbridge Gorge es un ejemplo emblemático. Se considera la cuna de la Revolución Industrial y cuenta con varias estructuras industriales históricas, entre ellas el primer puente de hierro del mundo, construido en 1779.
Ironbridge Gorge es Patrimonio Mundial de la UNESCO y símbolo de la innovación industrial.
La clasificación destaca la contribución única de la zona a la Revolución Industrial.
A modo de conclusión
Siempre es importante reflexionar sobre el pasado de un lugar concreto, porque sólo así se puede enlazar la memoria de ese lugar con una nueva página de una historia local que debe ser contada.
El pasado es un hilo conductor de conocimientos y recuerdos, que en el presente proporciona un futuro más significativo.
Estos restos industriales del pasado cuentan historias y, como tales, deben considerarse fragmentos de valor.
Su rehabilitación, conservación y preservación deben contribuir a reintegrarlos en la sociedad contemporánea.
Así se garantizará que las generaciones futuras comprendan los fundamentos de una sociedad y la creatividad humana responsables del progreso industrial.
El patrimonio industrial, con sus fábricas, maquinaria e infraestructuras, merece ser celebrado y preservado, no sólo como vestigios del pasado, sino como cimientos de nuestra identidad colectiva y de nuestro futuro.
Lectura recomendada:
Carta de Nizhny Tagil sobre el patrimonio industrial – Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial (TICCIH)
Guía para la preservación del patrimonio cultural – e-book
Proteger el patrimonio es esencial no sólo para preservarlo para las generaciones futuras, sino también para enriquecer la vida y fomentar el entendimiento y el diálogo interculturales.
Porque si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hará?
Este es el objetivo de la Guía para la preservación del patrimonio cultural – ofrecer pautas y reflexiones para que todos podamos contribuir a la protección y preservación del patrimonio cultural .