En cuanto a la religión, podemos encontrar obras de arte sacro -destinadas al culto- en las distintas religiones.
Así, tenemos el arte sacro cristiano, el arte sacro budista, el arte sacro islámico, etc.
En la religión budista, por ejemplo, los Thangka (o Thanka) son pinturas que representan deidades y seres iluminados del panteón del budismo tibetano. Constituyen una base para el aprendizaje de los principios religiosos.
Thanka de Guhyasamaja Akshobhyavajra. Tíbet central, siglo XVII. Rubin Museum of Art
3 – arte sacro | función pedagógica
En este contexto, y a lo largo de la historia, encontramos muchas obras con una función eminentemente pedagógica en relación con los mensajes litúrgicos que pretendían transmitir.
En las iglesias católicas, por ejemplo, las imágenes relacionadas con escenas bíblicas, con los Evangelios, con la vida de los santos, tienen la función de despertar la religiosidad de los fieles y acompañar las celebraciones litúrgicas.
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Las imágenes sustituyen o ayudan al mensaje verbal y escrito en épocas de baja alfabetización.
Y en muchos casos, son literalmente una forma de narración, paso a paso. El caso más frecuente es la representación del Vía Crucis.
Pero cuando se trata de la vida de los santos también tenemos casos muy interesantes.
Tomemos como ejemplo el artesonado de la iglesia de São Vicente de Sousa, en el municipio de Felgueiras, Portugal.
Los paneles de la capilla mayor representan con imágenes la vida y el martirio de San Vicente, patrón de la iglesia. Los paneles están numerados secuencialmente según los episodios de la vida del santo.
¿Y si las obras de arte religioso están musealizadas?
A lo largo de la historia, las obras de arte cambian de función. Muchas de las obras de arte religioso producidas originalmente con una función de culto se encuentran ahora en museos.
En el caso de los monumentos, se produce su desacralización, y pasan a funcionar como lugares para visitar y disfrutar, y no como lugares de culto.
En su origen tienen un carácter religioso, pero su función ha cambiado. Comenzaron a centrarse en el estudio, la historia, las características artísticas y la fruición.
La denominación de Museo de Arte Sacro aplicada a muchos museos que exponen obras que en su origen tuvieron una función de culto es frecuente y perfectamente clarificadora del contenido de sus colecciones aunque los objetos no tengan actualmente una función de culto.