La notoriedad de los impresionistas debió mucho a un hombre, el marchante de arte Paul Durand-Ruel .
Paul Durand-Ruel estableció una nueva filosofía profesional y la misión de la galería basada en principios innovadores para la época, como la organización de exposiciones individuales, la promoción del arte y la creación de una red internacional de galerías.
Paul Durand-Ruel y el Impresionismo
La historia del Impresionismo es conocida: a finales del siglo XIX, un grupo de jóvenes artistas franceses descontentos con las reglas académicas empezaron a desarrollar un nuevo tipo de arte que trataba nuevos temas y ofrecía una técnica diferente. Sin embargo, este grupo, que contaba en su seno con artistas como Monet y Renoir, no alcanzó un éxito inmediato.
La notoriedad de los impresionistas se debe en gran parte a un hombre, el marchante de arte Paul Durand-Ruel
Paul Durand-Ruel – una nueva filosofía profesional
La historia de Paul Durand-Ruel (1831-1922) comienza, de hecho, con su padre, Jean Durand-Ruel. Jean poseía una galería en el número 103 de la rue des Petits Champs, y fue allí donde el joven Paul Durand-Ruel se especializó para convertirse en marchante de arte.
Nuevas directrices para las galerías de arte
En 1865, cuando Jean muere y Paul Durand-Ruel hereda la galería a la edad de 34 años, establece una nueva filosofía profesional y la misión de la galería basada en principios innovadores para la época, como la organización de exposiciones individuales, la promoción del arte y la creación de una red internacional de galerías.
Estos principios guían a las galerías de arte hasta el día de hoy.
Aprende a organizar una exposición de arte
Curso en línea – Curadúria de Arte
La oportunidad en Londres
En 1870, durante la guerra franco-prusiana, Paul abandonó París para refugiarse en Londres. Vio en esta estancia forzada una oportunidad para ampliar su negocio, y de ahí que abriera una galería en New Bond Street.
Paul Durand-Ruel siguió buscando nuevos artistas que pudiera representar, artistas que produjeran arte para el nuevo siglo que estaba a punto de comenzar. Y fue en Londres donde los encontró, cuando un día conoció a Claude Monet y Camille Pissarro, ambos también refugiados en Londres.
Nuevos artistas
Posteriormente, el marchante compró algunos cuadros para su galería, en la época en que no había demanda comercial para ellos.
La compra de obras supuso un gran alivio para los pintores, que vivían en constantes apuros económicos, ya que no pintaban según las reglas académicas, y Monet, por ejemplo, tenía una mujer y un bebé que mantener.
Paul Durand-Ruel, sin embargo, vio el potencial de ese nuevo arte -el Impresionismo- que tenía en sus experimentos con la luz y el color su mayor característica. En 1876, organizó la segunda exposición de impresionistas. Fue un fracaso.
Exposición de Nueva York
Sin embargo, Paul Durand-Ruel siguió insistiendo. Proporcionó las subvenciones económicas necesarias a los artistas y organizó algunas exposiciones más en Europa, aunque tampoco tuvieron mucho éxito.
Sólo diez años después de la segunda exposición, las cosas empezaron a cambiar.
Paul Durand-Ruel organizó una exposición en Nueva York y su éxito fue inmediato. El público estadounidense quedó encantado con los cuadros de Monet, Renoir y otros, y compró «moderadamente», como dijo el galerista.
Gracias a este crédito, los franceses empezaron a hacer lo mismo.
La personalidad de Paul Durand-Ruel
Las cartas entre el marchante y los artistas revelan a un hombre profundamente sensible e inteligente, atento a las innovaciones estéticas.
Paul Durand-Ruel se daba cuenta de que producían arte de calidad y les ofrecía apoyo no sólo financiero, sino también emocional.
En sus cartas a Monet, por ejemplo, el marchante insiste en la importancia de los retos y las dificultades de la vida, que deben tratarse como lecciones.
El éxito
Paul Durand-Ruel fue fundamental para el éxito y el reconocimiento de los impresionistas.
Hoy en día también se le reconoce como uno de los precursores del mercado del arte moderno, tal y como lo conocemos hoy. Y en parte gracias a él y a su insistencia, el Impresionismo triunfó como uno de los movimientos más importantes de la historia del arte moderno.